Desobedecer al apocalipsis 2. Infiltrarse

Segunda sesión de la Escola de pensament, que esta temporada busca combatir la narrativa apocalíptica. Moderada por Marina Garcés y Albert Lladó, en esta ocasión debatiremos con Lluís Calvo sobre el concepto infiltrar-se.

Lluís Calvo (Zaragoza, 1963) ha publicado los ensayos Les interpretacions (2006), Baules i llenguatges (2011), El Meridià de París (2016), L’infiltrat (2019), Els llegats (2021), Transfiguracions (2022) y El dilema de l’amor (2023). Algunas de estas obras han sido editadas en varias ocasiones y han contado con un amplio recoocimiento crítico. En el año 2021, se publicó en Argentina la traducción castellana de El Meridià de París.
Como poeta, ha publicado veintisiete libros, siendo los últimos: Selvàtica (2015), Talismà (2017), la antología Llum a l’arsenal. Cent poemes (2017), Ancestral (2019), L’espai profund (2020), Fulgor (2021), Cor pirinenc (2022) y Centaures i rossinyols (2023). Poemas suyos han sido traducidos al castellano, inglés, italiano, francés y polaco, y ha sido antologado en más de veinte publicaciones, nacionales e internacionales. Su poesía se ha difundido en innumerables recitales en todo el país.
Es también autor de cuatro novelas, entre las que destacar Aconitum (1999) y L’endemà de tot (2014). Ha ejercido la crítica literaria y ha escrito también numerosos prólogos y estudios literarios, así como varios ensayos reunidos en volúmenes colectivos.
Ha recibido, entre otros, los premios Amadeu Oller, Miquel de Palol, Ciutat de Palma, los Jocs Florals de Barcelona, V. A. Estellés (premios Octubre), Rosa Leveroni, el Premi de la Crítica Serra d’Or, el Quima Jaume de reconocimiento a su trayectoria literaria, el Carles Riba y el Jacint Verdaguer.


Secuestrados por los relatos que únicamente saben anunciar el fin del mundo, la idea de futuro ha quedado colapsada por un presente que sólo sabe relacionarse con él desde el abatimiento, el desánimo o, aún peor, la indiferencia. La alegría, lo sabemos, es todavía un acto desobediente y, una vez detectadas las trampas de una felicidad vacía, la capacidad de jugar sigue siendo una herramienta insobornable de la creación y de la crítica, de la escena y del pensamiento. La Escola de pensament nos invita, pues, a despertar en los vínculos desde el gesto y la palabra, como espacios de compromiso y tentativa.