La guerra dels mons

Retomamos por 2 únicas funciones la experiencia sonora de nuestra actual compañía residente, Atresbandes, formada por Mònica Almirall Batet, Albert Pérez Hidalgo y Miquel Segovia Garrell, sobre el clásico de ciencia ficción La guerra dels mons, presentada en la Temporada 21/22.

La invasión extraterrestre de la Tierra revive ahora desde la novela de H. G. Welles de 1898: “Yo tal vez soy un hombre de una templanza excepcional. No sé hasta qué punto otros hombres comparten mi experiencia. A veces sufro por el hecho de sentirme separado de mi mismo y del mundo que me rodea, y me parece contemplarlo todo desde fuera, desde parajes muy remotos, fuera del tiempo y del espacio, fuera de la tensión y de la tragedia de todo ello.”


La prensa ha dicho...

“Atresbandes ofrece una interpretación muy personal de la novela, partiendo de lo que les sugiere cada capítulo en relación con aspectos del mundo contemporáneo: la guerra de Afganistán, el cambio climático, la pandemia... Más que pensar en personajes o en una narrativa, los han transformado todos en ambientes sonoros creados a partir de sonidos sacados de los medios de comunicación, sonidos grabados, sonidos credos con distintos instrumentos y máquinas y efectos sonoros generados con la técnica Foley que se utiliza en el cine. En palabras suyas: ‘hemos querido trabajar con el sonido como protagonista, como generador de conflictos y como narrador de la historia (y no con la palabra, que es quien normalmente cumple este papel). Lo que estamos proponiendo es un viaje sonoro por el imaginario de la novela’.”
Laia Badal Casas - Núvol

“Los artistas extraían pavorosos sonidos de las mesas y por los más curiosos métodos: era fascinante verlos pisando los huevos, los lápices, o un cojín relleno de piedras; rompiendo ramas para producir el crepitar del fuego, o restregando cascotes a fin de simular el estrépito de una pared derrumbándose. Mucho virtuosismo: el aleteo de pájaros creado con un paraguas, un cuchillo clavándose en una col (difícil de decir a qué correspondía, pero sonaba horroroso, tope marciano malvado), gotas sobre una lata. Y de nuevo el sonido pulsátil que ya identificábamos todos con los marcianos acercándose insidiosamente, estudiándonos, acechándonos para capturarnos y alimentarse de nuestra sangre. Más de un momento tragabas saliva. [...] Era posible reconocer pasajes de la novela como cuando el protagonista queda atrapado con el vicario en un sótano bajo las ruinas de una casa y ven de cerca a los marcianos. Tal era la fuerza del ambiente sonoro. [...] La inquietud sembrada no impidió que el público premiara con largos aplausos a los artistas, felices y algo asombrados del éxito de su trabajo. “Es otro mundo”, sintetizó el director del Grec, Cesc Casadesús.”
Jacinto Antón – El País